El Tai
Ji Quan es un arte marcial de origen chino que
utiliza la energía interna del cuerpo para el
combate. ¿Cómo es entonces que, siendo un arte marcial,
puede relajar y sanar el cuerpo? Esta es la
segunda pregunta que surge cuando me observan
y descubren que no tengo músculos muy desarrollados
ni tampoco un gran estatura (¡parezco fácil de
vencer!).
Es que el Tai Ji se practica lentamente, buscando fluidez
en los movimientos y poniendo toda la concentración dentro del cuerpo, con el principio de que
la misma energía que movilizo para atacar, puede servir para sanar el cuerpo.
A partir de la teoría de la Medicina
Tradicional China que habla de la energía vital del cuerpo (Qi) que circula por los
meridianos nutriendo los órganos y equilibrando nuestras emociones, el Tai Ji Quan basa sus aplicaciones
marcial y terapéutica en tomar conciencia de esta energía y movilizarla con la propia intención
de la mente. Es debido a este concepto que los practicantes no tenemos gran desarrollo
muscular per se, ya que idea es usar la energía, y no la fuerza, para vencer al
adversario.
Para llegar a sentir la energía que circula
por el cuerpo primero es necesario sentir el cuerpo mismo, cada parte y cada
extremo del mismo. Luego nos conectamos con la respiración, que es una
herramienta clave
para aprender a movilizar la energía y buscamos regularla y concentrarla en el
abdomen (punto energético
clave en el Tai Ji Quan). A través de diversos ejercicios específicos de la práctica,
logramos con
el tiempo sentir la circulación energética que se da en cada movimiento.
Aprendo cada movimiento desde sus dos facetas
(marcial y terapéutica) ya que debo conocer el inicio y el destino de la
circulación energética y su propósito. Será de acuerdo a los intereses de cada practicante,
desarrollar alguna faceta con mayor profundidad. Si comprendo a donde debo
dirigir el golpe,
puedo concentrarme en mover la energía para tal fin. Si soy consciente de
qué debo sanar en mi cuerpo
puedo realizar un movimiento con tal objetivo y la energía que movilizo servirá
para desbloquear
los estancamientos que encuentre en el camino.
Los bloqueos y tensiones que surgen en los
canales energéticos devienen principalmente de excesos emocionales que
causan que la energía no se mueva. La energía debe estar siempre circulando,
cuando se
estanca causa dolores, tensiones y a largo plazo, enfermedades.
A través del Tai Ji logramos
mantener la energía en movimiento. Los
movimientos permiten, lentamente, liberarnos de los excesos emocionales que
nos enferman y ver la vida desde otro lugar. Para mover la energía solamente utilizamos
nuestra intención, que es la voluntad de hacer algo para logra un fin. Nuestro
fin será sanar (o atacar
en el caso marcial).
Una vez que nos hemos liberado de las
emociones, de las tensiones y los bloqueos descubrimos que nuestro cuerpo es
más liviano y que la intención de relajarlo es más potente, ya que no encuentra barreras.
El mismo movimiento que va limpiando, va
relajando el cuerpo. Pero la relajación no es una
relajación despatarrada, no me suelto como
una bolsa de papas. (Me sucede en las clases que cuando digo “relajamos”
la gente suelta los brazos desganados dejando
ir toda la energía que se junta en
cada movimiento).
La relajación es consciente y por ello más profunda, ya que me siento conectado con cada parte de mi
cuerpo y entonces siento cada músculo tenso y lo relajo, cada articulación
tensa y la relajo, cada
pensamiento en mi mente y lo dejo pasar. Estoy presente en mi cuerpo sintiendo
mis pies en la tierra
y mi cabeza en el cielo, no dejo que mi mente me lleve a otro lugar.
La relajación que brinda el Tai Ji Quan es interna
como todo el trabajo que se realiza en esta
disciplina. El proceso nos permite liberar tensiones,
sentir el cuerpo y la respiración, movilizar la energía y sanarnos
internamente. Tomamos conciencia, a través de la misma, de nuestras propias
necesidades y del
camino que debemos recorrer para satisfacerlas.
Shifu Shi Heng Huí, Mauricio Méndez
Director Da Mo Wu Colombia
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